lunes, 4 de julio de 2016

HISTORIA DE LA DOLARIZACIÓN EN EL SALVADOR.

La moneda salvadoreña circulaba en este país desde el primero de octubre de 1862.
Una de las novedades que surgió en la economía latinoamericana, ha sido el anuncio del proceso de dolarización de la economía salvadoreña. Se trata de un conjunto de medidas dispuestas por el régimen del ex Presidente Francisco Flores que paulatinamente promoverían la substitución del Colón Salvadoreño por la divisa estadounidense. Bajo esta administración (1999-2004), con el respaldo del Congreso dominado por la derecha, El Salvador se dolarizó el 1 de enero de 2001, al entrar en vigencia la llamada Ley de Integración Monetaria (LIM), que fijó el tipo de cambio en 8.75 colones por un dólar.

La denominada Ley para la Estabilidad Monetaria Internacional (IMSA, en sus siglas inglesas), establece, nada más y nada menos, que los principios y las líneas de trabajo para la dolarización de todo el mundo. Comienza exponiendo las ventajas de adoptar el billete verde como moneda: estabilidad monetaria, reducción de la inflación y de las tasas de interés hasta los niveles de Estados Unidos, un mayor crecimiento económico que estimule los ahorros y las inversiones, disciplina fiscal, contribución al fortalecimiento del sistema financiero y menor volatilidad de las tasas de interés y la inflación.

El documento detalla las obligaciones que debe cumplir el país que se dolarice y las actuaciones y competencias de las autoridades monetarias de Estados Unidos ante esa situación. Reconoce igualmente que la dolarización ayudará a estabilizar e incrementar las exportaciones de Estados Unidos y que disminuirá los riesgos por tipo de cambio a los inversores norteamericanos cuando inviertan en esos países. También señala el proyecto que EE.UU. se ahorrará importantes sumas en la ayuda financiera a los países con problemas monetarios financieros y que se incrementarán las ganancias por señoreaje (rendimiento de las reservas) de los EE.UU.
En el mecanismo de aplicación de la ley, la fórmula propuesta aclara que los países no están obligados a dolarizarse, pero si lo hacen tienen que cumplir una serie de condiciones. Entre ellas, la apertura total del sistema financiero a los bancos extranjeros, el cese de emisión de moneda nacional y la destrucción de los materiales (placas y troqueles), usados para producir monedas. Deben eliminar el status de curso legal a la moneda nacional y otorgar el status de curso legal al dólar de Estados Unidos. Deben comprometerse con el Secretario del Tesoro norteamericano para determinar si el país es un buen candidato para la dolarización oficial y cooperar con los Estados Unidos respecto a la prevención del lavado y falsificación del dinero.

Con la dolarización, El Salvador se quedó sin política monetaria y el Banco Central de Reserva pasó a depender de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), a la que ahora le paga para que le imprima la moneda.
El Salvador, siguiendo el consejo del economista chileno Sebastián Edwards, plantea un plan de substitución de la moneda que requería una serie de reformas legales y económicas. Estas reformas incluían reformas al sector bancario, laboral y fiscal: para noviembre del 2000, el ex presidente Francisco Flores anuncia la decisión de dolarizar y para enero del 2001 empieza la gradual substitución del colón por el dólar estadounidense.
El proceso de dolarización salvadoreño venía dado con anticipación debido a la cantidad de transacciones que desde hace años venían realizando muchas empresas y comercios. Esos negocios operan en El Salvador, movidos por la significativa presencia de salvadoreños y salvadoreñas en Estados Unidos.

Desde sus primeros días la dolarización parece estar condenada a ser un catalizador de contradicciones. Días antes de finalizar el año 2000, la Fundación para el Estudio del Derecho (Fespad) presentó una demanda de inconstitucionalidad en contra de la Ley de Integración Monetaria debido a que fue aprobada con gran desconocimiento tanto de la población como de los legisladores.
El reto de la estabilidad monetaria del subcontinente pasa fundamentalmente por una moneda común. Una alternativa más favorable, aún a nivel latinoamericano, sería la creación de una moneda regional, algo así como un Peso Latinoamericano. Esta divisa si podría manejarse de manera más "ecuánime" a nivel del dólar. Pero esa creación incluye retos importantes especialmente en cuanto a sobrepasar los atrasados conceptos "nacionales" en una región que requiere de la integración. Si la simple dolarización fuera la respuesta es claro que Europa la hubiera realizado, sin las "complicaciones" de todo el Sistema Monetario Europeo, la coordinación macroeconómica regional y la creación del Euro.
EXPERIENCIA DE OTROS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA.

Además de que las medidas de la "dolarización" llegan, en el caso de El Salvador, Panamá y Ecuador; en medios especiales. El Salvador tiene ya muchos mecanismos de "dolarización", al estar sus precios "indexados" con el tipo de cambio hacia la divisa estadounidense. De hecho la notoria estabilidad del tipo de cambio del Colon Salvadoreño -8.75 Colones por dólar- se ha debido a un factor fundamental: el gran ingreso de divisas producto de las remesas familiares.
Una característica básica que distingue al proceso salvadoreño de dolarización del ejecutado en Ecuador es su "establecimiento inductivo". Se trata de medidas que promovieron secuencialmente la dolarización, más que ejecutarla de manera fulminante como fue el caso ecuatoriano
Panamá es un importante centro financiero internacional en donde el dólar estadounidense circula junto al Balboa, la moneda oficial, y el proceso de adaptación ha llevado años. Ecuador finalmente puede ahora "manejarse" bien con base en la inundación de dólares que han representando en el 2000, el significativo incremento de los precios del crudo.
La dolarización de una economía fue la solución extrema a la cual llegaron dos pequeñas economías latinoamericanas, El Salvador y Ecuador, adoptándola dadas algunas circunstancias específicas. Ambas naciones decidieron abandonar su soberanía monetaria (la capacidad de emitir moneda nacional), convirtiéndose en dos casos similares para los economistas. En ambos casos, la decisión de adoptar una moneda extranjera como circulante fue hecha a pesar de que las circunstancias, en teoría, estimaban una alta probabilidad de fracaso dada las condiciones macroeconómicas de ambos países. Sin embargo, aun hoy, ambos países mantienen este sistema, aunque su sostenibilidad es discutible.
Ecuador y El Salvador comparten varios factores políticos y económicos comunes: alta inestabilidad, dependencia de un limitado grupo de productos de exportación o de ingresos y sociedades que aun antes de la dolarización ya adoptaron a la moneda estadounidense como moneda de facto para transacciones cotidianas. Ecuador ha sufrido múltiples golpes de estado y desastres naturales, mientras que El Salvador venia de recuperarse de una sangrienta guerra civil. Para ambas economías, las remesas (transferencias internacionales de dinero) procedentes de los inmigrantes localizados en los Estados Unidos y Europa son uno de los principales ingresos y fueron un elemento clave para sostener el nuevo sistema monetario: en Ecuador las remesas representan un 8% de su PNB mientras que en El Salvador un 13%.
Otro factor importante es la innegable influencia de los Estados Unidos en ambas economías: es el principal socio comercial y, salvo la excepción del gobierno de Correa en Ecuador, usualmente sus políticos mantienen estrechas relaciones políticas y militares con el vecino del norte.
La decisión de dolarizar la economía, en el caso de Ecuador, fue fruto de una situación extrema: después de varios gobiernos de corta duración entre 1997 y 2000, múltiples desastres naturales y la bancarrota del sistema bancario, el gobierno de Jamil Mahuad toma la decisión de dolarizar para evitar una inminente hiperinflación. Aunque varios tipos de “dolarización” fueron considerados, la desesperada coyuntura obliga a una convertibilidad de la antigua moneda (el sucre) a un tipo de cambio fijo y la subsiguiente substitución de la moneda nacional por el dólar. Pese a que Mahuad es posteriormente defenestrado, acusado de corrupción, se prosiguió con el proceso de cambio, dada la delicada situación financiera fruto de la desconfianza del público en el manejo económico del gobierno.
La situación de los ecuatorianos era desesperada. A lo largo de 1999 la pobreza había aumentado del 38 al 44 %, la inflación alcanzó un 60 %, el paro asciende al 50 %, el salario real había disminuido en un 20 %, los niños escolarizados entre 6 y 15 años había descendido de un 50 % a un 4 %. La moneda, el sucre, bajó su valor dos tercios y la dolarización ha tirado por los suelos el valor del salario real. Un tercio de la población no tiene acceso al agua potable y más del 40 % no dispone de condiciones de higiene ni de servicios de salud mínimos. ¿A qué se debía esa situación en un país como Ecuador, miembro de la OPEP y rico en recursos naturales? El origen se remonta a 1983, cuado el FMI obligó al gobierno de Ecuador a hacerse cargo de las deudas privadas que la clase dirigente de Ecuador tenía con bancos extranjeros. Para esta operación de rescate de entidades financieras estadounidenses y ecuatorianas, Ecuador pidió un préstamo de 1.500 millones de dólares. Para que pudiera devolverlo, el FMI exigió un aumento de precios de la electricidad y de otros bienes de primera necesidad. Y cuando el dinero procedente de esa vía no fue suficiente, llegó un nuevo plan de asistencia condicionado a la eliminación de 120.000 puestos de trabajo.
En contraste, la decisión de dolarizar en El Salvador fue mucho mas gradual pues ya desde 1994 el colón fue “pegado” al dólar y ya para 1995 El Salvador estaba estudiando la posibilidad de dolarizar su economía. Después de los ajustes de precios respectivos, la inflación quedó controlada; El Salvador vio como la inflación se reducía, pasando de un 25% en la década de los 80 a un 1.4% en el 2001.
El Salvador tiene una ventaja sobre Ecuador pues, además de su apertura hacia los Estados Unidos, su planificación y transición fue fruto de un consenso entre diversos sectores y no resultado de extremas circunstancias, como fue el caso de Ecuador.
Muchos países verán desaparecer su banca central, lo que significará poner sus políticas económicas en manos de la Reserva Federal de Estados Unidos. Por el momento, una buena parte de la clase media de Argentina, Ecuador y El Salvador han visto como sus ahorros en moneda nacional se han venido abajo. Mediante la dolarización, e incluso con la convertibilidad, los gobiernos dejan de ser libres para emitir moneda o utilizar sus reservas. No existe otra forma de cubrir el déficit de balanza comercial ni del presupuesto nacional que no sea con préstamos del exterior, y más ahora que ya está terminando en casi todos los países el remate de casi todos los bienes del Estado. "En un país dolarizado o simplemente en situación de convertibilidad (cambio fijo con el dólar), al no poder operar con la tasa de cambio, el único modo de hacer competitiva su economía es el salario, es decir, menos prestaciones sociales, menos salario y más horas de trabajo"

CONTRIBUCIÓN DE LA DOLARIZACIÓN EN LA ECONOMÍA DE EL SALVADOR.
La dolarización llego con la perspectiva de ser un elemento estabilizador, pero tiene altos costos: afecta dramáticamente los instrumentos especialmente para la política monetaria y cambiaria. Un ejemplo: con dolarización no es posible aprovechar las ventajas de promoción de exportaciones. El estar atado al dólar hace que los salarios y los costos en general tengan que ser más bajos para ser "competitivos" y dejar alentadores márgenes de ganancias a los exportadores.
Beneficios de la Dolarización:

- Eliminación del riesgo cambiario, pero riesgo país y riesgo soberano continúan vigentes.
- Eliminación de Crisis cambiaria (relativamente), pero sigue flotando respecto al Euro y Yen.
- Más préstamos internacionales, por que existirá mayor confianza en la moneda.
- Disminución de las tasas de interés (no existe riesgo de cambio)
- Facilidad para mayor integración con los EE.UU.
- Exige disciplina fiscal.
- Exige hacer los deberes en materia de reformas y de eficiencia de la Economía.

-El tiempo ha demostrado que los mitos sobre la dolarización eran falsos, pues en momentos de crisis ésta ha servido como escudo protector, sostiene el economista Claudio De Rosa.
-El actual esquema monetario, afirma, le ha dado estabilidad al sistema financiero, mantiene bajas tasas de interés e inflación y largos plazos en los créditos.
-El ex ministro de Hacienda Manuel Enrique Hinds, quien en muchas ocasiones ha analizado el tema, coincide con la posición anterior, ya que se ha comprobado que las tasas de interés e inflación son menos altas en economías dolarizadas, como las de Panamá, Ecuador y El Salvador.
-Otro fenómeno que ocurre en economías no dolarizadas es que las reservas de liquidez comienzan a descender, ante lo cual los bancos centrales reaccionan con la inyección de fondos en los sistemas financieros. Sin embargo, la medida desencadena alzas en las tasas de interés, y por ende, las monedas se devalúan.
-Justo ese panorama es el que ya se está observando en algunos países, por lo cual la demanda del dólar va en notable aumento.
-De Rosa afirma que el sistema financiero local aún tiene liquidez, aunque aclaró que la cartera de depósitos está creciendo a un ritmo más lento, debido a la incertidumbre que generan las próximas elecciones municipales y presidenciales.
"Los problemas de liquidez financiera son mundiales porque los flujos de capitales externos que antes estaban disponibles se están secando. Hay estrechez de liquidez, pero es menos grave que en países no dolarizados porque la gente saca sus depósitos para comprar dólares"
Los supuestos beneficios han sido cuestionados por economistas locales quienes han apuntado que las tasas de interés han venido decreciendo desde antes de la aprobación de la ley monetaria. Por otra parte, el país no será atractivo para la inversión mientras haya inseguridad ciudadana, jurídica y corrupción, y la supuesta disciplina fiscal que es la que menos se ha puesto en práctica hasta este momento.
Consecuencias:

-Colocar la economía en franca dependencia del comportamiento de los ciclos económicos de los Estados Unidos.
-Perder los beneficios por el señoraje, al traspasar a los Estados Unidos la emisión monetaria.
-Crear las bases para promover una alta ingerencia norteamericana en los asuntos internos.
-Se aumentaran las desigualdades con la economía del Norte, por las discrepancias en la producción, el intercambio comercial y la movilidad laboral.
-El comportamiento de las variables económicas de Estados Unidos determinarían el comportamiento de la economía local.
-La dolarización sigue siendo rechazada por el pueblo, porque las promesas resultaron hasta hoy ser falsas y el país no entró en crecimiento económico, como lo ofrecieron los mandatarios.
- Ahora El Salvador es el país más caro de Centroamérica y la economía subsiste gracias a las remesas familiares de los salvadoreños en el extranjero.
-El desempleo y subempleo en El Salvador es de un 41%.

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